Un año atrás, luego de varias idas y venidas, el gobierno español aprobó la Ley de Control de Horario, la cual obliga a las empresas privadas a establecer un sistema de control horario de los empleados.

Hoy recordamos los puntos más importantes de la misma y compartimos algunos resultados.

En primer lugar, cabe destacar que en el año 2018 se realizaron 6,4 millones de horas extras cada semana. Casi la mitad de esas horas extras no fueron retribuidas a los trabajadores.

La Ley de Control de Horario vino a cumplir, principalmente, los siguientes objetivos: asegurar el cumplimiento de los horarios en el trabajo y evitar abusos laborales y fraudes por no pagar o compensar las horas extras.

Las conclusiones y opiniones sobre su resultado son muy dispares, dado que, ya sea por motivos de inversión u organización, la ley no afectó de igual forma a pequeñas y grandes empresas.

Uno de los puntos problemáticos es que el sistema de fichaje se dejó a libre elección de la empresa con la aprobación de los trabajadores. Esto derivó en que un gran número de empresas optara por el registro manual de horario, abriendo la puerta a la posible pérdida de datos y estafas.

Para poder llevar adelante un control de horario fidedigno,es importante elegir un software eficiente y que asegure la facilidad de registro para todos. Es la manera más sencilla, rápida y fiable de registrar la jornada laboral. Además, en un contexto de pandemia, este tipo de herramientas nos brinda los beneficios del control biométrico sin contacto físico. Los sistemas biométricos, adicionalmente, reducen la posibilidad de fraude e ingreso de personas no autorizadas.

Es de esperar que estas medidas se expandan a nuestro país y otros en la región, no solo por aspectos relacionados con COVID sino también por la necesidad de contar con mayor seguridad y trazabilidad de los empleados. Es momento de estar preparados para incorporar nuevas tecnologías que cuiden no solo a los empleados sino también a los empleadores.