Si hablamos de las últimas tendencias en seguridad digital, el control de acceso biométrico es la solución por excelencia al control de asistencia del personal, ya que está basado en el reconocimiento de características físicas e intransferibles de las personas.

Gracias al uso de las tecnologías de inteligencia artificial (IA), machine learning y la utilización de patrones inalterables basados en las cualidades fisiológicas del usuario; es que estos sistemas funcionan con los más altos estándares de fiabilidad, haciendo imposible que se permita el acceso a una persona no autorizada o que se produzca una suplantación de identidad. Y como si fuera poco, además de ser una de las tecnologías más efectivas para combatir el fraude interno o el ingreso de personas no autorizadas, este tipo de control también trabaja en pos de evitar el acceso de menores de edad, combatiendo así la explotación infantil.

Además, en este contexto de pandemia, este tipo de herramientas nos brindan los beneficios del control biométrico sin contacto físico, reconociendo al usuario aún con el tapabocas puesto.

Adicionalmente, el sistema permite la configuración de las llamadas "pruebas de vida", una tecnología que logra un nivel superior de seguridad frente a posibles intentos de fraude, generando una secuencia aleatoria de gestos que la persona debe realizar de manera que sea imposible intentar engañar al sistema mediante el uso de fotografías de una persona que no está disponible.

Otra de sus ventajas, sobre todo en empresas que tienen una gran circulación de personas, es que permite mantener el control de cada punto de acceso no sólo con información actualizada sobre la nómina de personal autorizado sino también del personal contratado; protegiendo no sólo a los trabajadores sino también a la seguridad de la empresa.

Es por todo esto que el control de acceso biométrico se ha convertido en la solución más segura y eficaz para gestionar los recursos humanos de manera descentralizada.